Salida año 2022 ampliada…

RUTA 2022 AMPLIADA

Bueno, por fin llego el día!!! 26 de agosto de 2022 Enrique desde Orense, así como Fran y yo iniciando la ruta desde Coruña quedamos de encontrarnos en Monforte de Lemos, en el café bar Jardín que buscando en Internet al parecer tenia buenas tapas… ooops primer fallo, resulta que la hora del encuentro acordada a partir de las 11:00, que los tres cumplimos con puntualidad germánica, el sito no tenia aún abierta la cocina!!! Abre a las 12:00, mi primer gozo en un pozo… Volviendo pa tras, Fran y yo habíamos quedado en una cafetería de Espíritu Santo a las 09:00. En Monforte intentamos conectar los intercomunicadores con Enrique pero como siempre na de na, con lo que decidimos iniciar un chat con el grupo a través de telegram, que la verdad no fue muy bien… aun intentamos otra vez lo del chat hasta que decidimos dejar de probar y hacer como siempre, señales, pero no de humo. El viaje fue tranquilo siguiendo la N-120 y relativamente rápido. Llegamos pa comer al Moncloa, mira que paramos veces en ese sitio!!! Después de dar buena cuenta de los manjares castellanos y ya con bastante calor retomamos la ruta para terminar el día en León, yendo por la N-VI y volviendo a retomar la N-120 a la salida de Astorga. Una vez llegados al destino, duchita, cambio de gallunbos y a la calle que León estaba petado. Primero fuimos al Rincón del Gaucho donde yo iba directo a pedir una de sopa castellana… pero me recordaron de que contiene pan!!! y mucho!!! Después nos fuimos a la Bicha que es todo un espectáculo, pero hay que tener paciencia y disfrutar del momento, así como de su cecina y sobre todo, la morcilla de Burgos que el paisano prepara con maestría, pedimos una cerveza para Fran y un par de copas de vino para Enrique y para mi, finalmente añadiendo una botella de vino picudo de la zona y algunas Estrellas mas para Fran. Terminamos en la plaza mayor, como yo aun tenia hambre pedimos una tabla de embutidos antes de las correspondientes copas. A partir de aquí no tengo recuerdos muy claros, pues me pase la noche yendo al baño por tomar dos pinchos de chorizo al cual le había quitado previamente el pan… Lección aprendida, nada que estuviera o estuviese en contacto con pan. Ya de vuelta al hotel la noche transcurrió sin mas incidentes, salvo los producidos por nosotros tres, que al dormir en una habitación con tres camas nos despertamos los unos a los otros con nuestros ronquidos.

Vistas desde la Hospederia Pax a la plaza del Grano en Leon

 

 

Segundo día: amanecimos temprano, no recuerdo a que hora, pero temprano, fuimos a la misma cafetería del año anterior y a mi me toco desayunar un agua, pues no tenían nada sin gluten. Arrancamos y cogimos la N630 dirección a Plasencia. Al cabo de un buen rato de viaje paramos en el bar La Huerta, donde pude finalmente comer unas aceitunas y algo de embutido. Ya algo más relajado pudimos continuar camino dirección Zamora, después de circunvalarla por la autovía, enfilamos dirección a Salamanca. Toda esta parte fue bastante aburrida pues la N630 es bastante recta, nos salvaron un poco del tedio las rotondas que existen para enlazar los puentes que evitan la autovía. El paso por Salamanca fue raudo y veloz pues ya la conocíamos y nos apremiaba el tiempo para alcanzar Plasencia, nuestro destino de la jornada. La alta temperatura avanzada la tarde se hizo muy patente, rondaba entre los 39ºC y los 40ºC, es posible que incluso más… Lo que nos provocó algo de sufrimiento. Pero finalmente llegamos a Plasencia, aparcamos en el mismo parking y fuimos al mismo hotel de nuestra anterior visita a la ciudad, una vez en el hotel llevamos a cabo nuestra rutina de siempre antes de ir a cenar.

Ya en la plaza Mayor de Plasencia donde cenamos, ocurrió la anécdota del día, Fran recibe un aviso del komobi que alguien tocó su moto, al poco vuelve a recibir otro aviso… que al estar las motos en un parking nos tomamos a cachondeo. Al poco recibo una llamada del hotel en el que se nos comunica que la moto de Fran tiene un espejo mal debido a un coche que golpeó la moto. Ya se jodió la cena… estuvimos especulando como resolver el problema para poder seguir el viaje. Por suerte sólo se soltó el espejo y tuvo fácil solución. Estuvimos dando antes de acostarnos, una vuelta por Plasencia, disfrutando el casco antiguo. Siempre que sea esporádicamente no pasa nada por hacer algo cultural…

 

Tercera jornada: salida dirección Sevilla, última etapa de la Ruta de la Plata. Hablando del desarrollo de la ruta fue la más homogénea, la parte de la carretera más entretenida, nada de esas interminables rectas castellanas que, a mi por lo menos, llegaron a desesperarme. En esta parte inicial de la etapa de la Ruta de la Plata había tramos que aparentaba desaparecer la N630, se volvía tan estrecha como un camino asfaltado, cosa que provocó dudas en mis compañeros de aventura, pero mi insistencia y seguridad en la ruta previamente diseñada resolvió el dilema. Hicimos una parada en unas casas para tomarnos un refrigerio, menudo borde el del bar. Posteriormente paramos en Monesterio para comer algo, el pueblo estaba petado y con un montón de restaurantes. En el que nos recomendó José Manuel imposible comer, pero encontramos uno en el que comimos a base de raciones que no estuvo nada mal. Llegada a Sevilla. A pesar de llevar navegador, moverse por las callejas del centro de Sevilla no es fácil, pues llegas a los cruces y no está claro por donde tirar, aún así solo cometí un error y por fin llegamos a la calle del hotel. Como no teníamos claro dónde era el parking, dejamos nuestras monturas en un sito para motos y fui al hotel a preguntar. El garaje estaba unos 20 metros antes del lugar donde dejamos las motos y al circular en dirección contraria Fran, le viene de frente un coche de la policía municipal… les explicamos la situación y no le multaron, pero quedábamos dos más. Nos dijeron que lo hiciéramos por la acera pero les hicimos ver que era harto difícil por la altura del bordillo y la estrechez de la acera. Finalmente fueron muy comprensivos y nos dejaron hacerlo como lo había hecho Fran.

El hotel una chulada, en el puñetero centro!!! El problema… plena temporada baja, eso nos facilitó conseguir el hotel, pero ni una sola freiduria abierta!!! mi gozo de un pozo… Al final por una recomendación fuimos a cenar a un restaurante muy romántico, para chicas, no para cerdos salvajes. Antes de dirigirnos a cenar tuvimos que pasar por una farmacia pues de camino me había picado una araña en la parte superior del abdomen. Yo, sin mascarilla, entro y le pregunto a una joven si puedo pasar, que no tengo mascarilla, me dice que si y paso a exponer mi problema, para a continuación preguntarle si le puedo enseñar las picaduras y donde están situadas. Ante su respuesta afirmativa me subo el niky y me da una crema. Mis dos compañeros de ruta se estaban descojonando pues parecía algo totalmente diferente visto desde fuera y sin oír la conversación, pensando «este se va detenido». Al salir de la cena hicimos unas fotos con la Giralda de fondo y cruzamos el puente de Triana para tomarnos unas copas, al lado del Guadalquivir. Terminamos hablado con los de la mesa de al lado, como mandan los cánones. Para finalmente recogernos en el hotel y después de hacer mis ejercicios yo dormí como un bendito. Fran y Enrique hicieron lo propio, bueno menos los ejercicios.

Por la mañana después de desayunar recoger nuestros bártulos y pagar las habitaciones arrancamos dirección Faro, etapa de transición, pero con algunas paradas previstas, una zona en Huelva en la que había un par de buenas freidurías, pero no programe la parada en el navegador y pasamos por delante sin enterarnos ni detenernos. Seguimos viaje al siguiente sitio que era Ayamonte, aquí si tenia programada la parada en una freiduría. Enrique y Fran se metieron una fuente de esas variadas… me dieron bastante envidia, pero es lo que hay, nada de gluten, al menos de forma consciente.

Yo me vi obligado a echar una siesta en un banco de azulejos de la Plaza de la Rivera, debido a la ingesta inconsciente de gluten la noche anterior y su correspondiente reacción, mientras ellos aprovecharon para darse un paseo por Ayamonte. A su vuelta arrancamos para nuestro siguiente destino, Vila Real de Santo Antonio ya en Portugal. Aquí también teníamos parada, pero el viaje por las carreteras escogidas era un peñazo, todo el rato por zonas muy habitadas y con mucho tráfico, por lo que pasamos olímpicamente y tiramos directamente pa Faro. Nos apetecía tomar algo y vimos un bareto en una pequeña población que nos llamó la atención. Resultó ser una especie de café/pub anglo/portugués que además tenía buena música. Habiendo descansado por un rato volvimos a nuestras monturas y continuamos viaje, para llegar al final de la etapa. Faro: aquí llegamos perfectamente a la zona prevista, para aparcar en la calle y dirigirnos al hotel andando, no sintáis preocupación que sólo anduvimos unos 20 o 25 metros!!! El hotel también estaba bien, céntrico, recientemente reformado y con habitaciones grandes. Realizamos muestra rutina de siempre, duchita, gallumbos limpios y a cenar!!! Faro estaba petado de guiris. Para cenar en uno de los restaurantes que había mirado tuvimos que esperar un rato, había clientela portuguesa y de fuera también. No estuvo mal pero tampoco lo recuerdo como algo excepcional. Después paseito y a tomar unas copas. ¡Petado de guiris! Los dejé pidiendo y fui de exploración, naaa de na. Puto covid, al poco ya estaba de vuelta pidiendo una copa con ellos. Desde allí ya pal hotel, no sin antes pasar a ver las motos que habíamos aparcado en la calle, pues estábamos a tiro de piedra de nuestro lugar de descanso. Hice mis ejercicios nocturnos y a dormir, que a la mañana siguiente iniciábamos la N2 portuguesa.

Después de desayunar y recoger nuestras cosas, fuimos al lugar donde dejamos las motos la tarde anterior, para descubrir con gran alivio, que seguían en el mismo lugar donde las habíamos dejado. Después de terminar de colocarnos la indumentaria motera nos dirigimos a la rotonda donde da comienzo la N2 y después de las fotos de rigor comenzó nuestro recorrido en tierras portuguesas. La primera parte del trayecto Faro Abrantes transcurre por una zona llana y con bastantes edificaciones y actividad, para a continuación comenzar el ascenso por una carretera sinuosa, muy sinuosa, la sierra do Caldeirão cerca de Faro. En la carretera de la sierra decidimos parar en algún sitio, pues hacía algo de sed, causada por tanta curva. Finalmente vimos un bar de carretera y paramos, coincidiendo con otros dos moteros españoles. Terminamos hablando, que cosas tan raras hacemos, resultando que eran de Roa, un buen sitio de vino Rivera del Duero y lechazo donde casualmente habíamos parado en la salida el año anterior. Compartimos un buen rato de charla, de motos, comida y por supuesto bebida.

Para finalmente reanudar la marcha y dirigirnos cada grupo a nuestros respectivos destinos. Llegada a Abrantes, en el hotel nos reunimos con Jorge y nos fuimos pa la piscina. Eso de andar en moto y al llegar al hotel, darse un baño en la piscina, es algo que tenemos que procurar repetirlo siempre!!! Para la cena fue un poco problemático, muy pocos restaurantes y los que llevaba apuntados llenos!!! Pero finalmente encontramos uno con sitio y a pesar de que no nos daba buena espina, resultó una cena estupenda y a buen precio.

 

Al día siguiente comenzamos la etapa Abrantes Vila Real, con buen tiempo, como todo el viaje que ya llevábamos realizado. En esta parte fue donde la N2 se hizo más rural. La carretera pasó de ser muy amplia, con arcenes e incluso doble carril en uno de los sentidos por los desniveles del terreno, a poco más que un camino asfaltado. En esa parte me puse a buscar un mojón de la N2 con el punto kilométrico pintado, pero Jorge no se percató de mis extrañas maniobras, por lo que cuando lo encontré y paré, me dio por detrás, no en sentido sexual.

Resultado: nuestras dos monturas al suelo, por suerte sin muchos daños, salvo que Jorge perdió una de las chapas de su BMW con el logo y quedó su espejo derecho un poco desplazado. Menos mal que Jorge es buena persona y no me cortó los huevos. Finalmente llegamos al hotel de Vila Real, el MiraCorgo donde nos reuniríamos con José Manuel y Felipe que venían de Coruña, además de los Hermanos Malmierca, Enrique y Sera que lo hacían de Móstoles. Para acto seguido, correr todos a la piscina como unos auténticos preadolescentes… Después del reconfortante baño se gestó la opinión, nuevamente unánime, que siempre que se pueda, hotel con piscina!!! Al acabar de solazarnos nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones para la correspondiente ducha post piscina, gallumbos limpios y a cenar!!! La cena fue en un restaurante en el otro lado de la ciudad que un amigo le recomendó a Jorge. Lleno hasta los topes de gente, el restaurante parecía una romería. Nos desplazamos mediante taxis, para la ida y para la vuelta, no es cuestión de privarnos de beber cerveza, vino y todo tipo de bebidas espirituosas… Al finalizar la cena, vuelta a la zona del centro, donde se encontraba nuestro hotel para tomarnos las correspondientes copas, como exige la norma no escrita del grupo, pero seguida «a rajatabla». Después de estar en un sitio en el que tomamos unas cuantas copas, admirar unas excelentes vistas que por casualidad tenía el local y echarnos unas risas, muchas risas, optamos por abandonar el sitio y posteriormente dividir el grupo. Unos para el hotel y otros para intentar seguir disfrutando la noche. Finalmente después de dar algunas vueltas y encontrar un sitio en el podrían estar nuestros hijos, volvimos al sitio en el que disfrutamos las vistas y las copas, a tomarnos la última. Una vez cerrado el pub, como Dios manda, enfilamos pal hotel a descansar.

Última etapa: casi ya el grupo al completo iniciamos la última parte de la N2 que acaba en Chaves, etapa ya conocida por haber hecho parte de la N2 en otra ocasión anterior. Finalizamos en el Kilómetro cero, sitio motorista por excelencia, nos lo recomendó otro motorista con el que estuvimos hablando en Faro. Buen ambiente, buena música, en resumen: un sitio en el que es imprescindible parar. Una vez que descansamos lo suficiente reanudamos la marcha hasta nuestro destino final de la jornada, Puebla de Sanabria. Sitio que conocemos como la palma de nuestra mano, mira que hemos parado veces!!! Allí nos reuniríamos con el resto del grupo, incluso los que vienen en coche… La noche fue completa, nos falto terminar en el cuartelillo… Comimos mucho y bebimos más!!! Yo incluso a no se que hora, no lo tengo claro, me tomé unos callos. Un grupito de gamberros se dedicó a acelerar la moto, por lo que se procedió a enfriarles los ánimos desde las alturas.

Primer día de la salida anual. A una hora prudente iniciamos el trayecto hasta Oporto por una carretera que parece diseñada para motos y con muy poco tráfico. Todo muy bien hasta que nos empezamos a acercar a Oporto. Un desastre, todo el rato en caravana, el grupo se fragmentó para volver a coincidir ya cerca del hotel en el centro de Oporto. Una pena pero no teníamos piscina, no siempre se puede tener todo!!! Una vez en el hotel la rutina de siempre para salir corriendo a dar una vuelta, cenar y las copas de rigor. Tengo que reconocer que hacía un montón que no iba por Oporto, más de 26 años, lo encontré bastante cambiado, unas partes renovadas, pero otras decadentes… La cena pasó sin pena ni gloria, bueno realmente con más pena que gloria. Un restaurante en el que hay una mesa de solo chicas jóvenes y en el que se aprecia una buena y pija decoración, no es normalmente un sitio en el que se come y bebe como nos gusta. Las copas, también un desastre, eso si las vistas al río, el puente y la orilla de las bodegas merecen la pena. Al día siguiente Felipe, Fran y yo nos animamos por la N222 que tiene mucha fama como carretera motera, resultando un fiasco, al menos para mí. Lo único bueno fue la parada para picar algo y me metí unos garbanzos con tripas (callos) que me alegraron la ruta. Llegada a Oporto donde nos reunimos con el resto del grupo que se quedó haciendo turismo de la tercera edad, unos debido a las repercusiones de la noche de Puebla de Sanabria y otros por dolor… Hay que romper una lanza por Sera que estaba fastidiado de la espalda y su hermano Enrique que quedaría, imagino, preocupado por su hermano. Esa noche la cena ya fue en mejores condiciones, eso sí en el lado de las bodegas, más de nuestro estilo. Las copas también estuvieron a la altura en un sitio al aire libre en la terraza de un restaurante, pub o algo así. Luego pal hotel, que el día de la vuelta no daban muy buen tiempo. La vuelta ya fue en desbandada, Fran, Felipe y yo queríamos ir lo más posible por carreteras normales, eso sí la salida de Oporto por autovía sin pago, en la parte de pago nos fuimos por carretera disfrutando las últimas horas, ya en España autopista, rápido pa casa que amenazaba lluvia.

Acerca de Marco

Animal, aunque me gusta mas BRUTO como adjetivo calificativo. Como buen cerdo salvaje no me importa mancharme...
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